La magia de la sencillez.
«Creo que mi Alma decidió, con muy buenos motivos, que naciera allá por 1966 en un precioso pueblo de España, Fregenal de la Sierra, en una calle con un hermoso suelo de piedras donde crecía la hierba, lindando con el campo pleno, la naturaleza libre y pura, donde los árboles eran los más ilustres vecinos y el agua corría transparente por los arroyos en los largos días de lluvia. Quizá entonces todo era más auténtico y sencillo.
Juegos de niños entre charcos, manchados de barro y en perfecta comunión con nuestra más tierna esencia…
Correr por caminos y calles sin asfalto ni ruidos, con sonrisas alegres y divertidas… La expresión más noble de la vida…
Pronto aprendí a modelar la tierra en una familia humilde de alfareros que hacían magia con sus manos. Y comprendí el hermoso proceso de la creación, de la alquimia y de la transformación.
También comencé a capturar momentos presentes y bellezas de la vida con aquella primera cámara que aún permanece entre mis más queridos recuerdos.
Ya en aquellos tiempos, y casi si saber porqué, sentía el llamado incesante a tomar el lápiz para escribir… Para compartir.
Transcurrieron los años, las experiencias, las relaciones y los aprendizajes. La vida se expandía… Hasta que sentí las señales sincronizadas que el Universo me enviaba durante una de esas crisis sanadoras que te empujan hacia el cambio y la transmutación. Libros, personas especiales y mensajes llegaban, por arte de magia, para mostrarme el camino infinito que lleva al encuentro con uno mismo y al despertar de una nueva consciencia y percepción.
Algún tiempo después una querida amiga me instó a buscar tesoros y mensajes en la Tierra… Y a volver al hábito de escribir.
Y en ese momento comienza esta hermosa aventura».
Francisco Gallardo Perogil.
Escritor y poeta
