Fuego en la mano de Salzillo
La mano audaz enciende la mirada
y aporta la razón a su destello,
y va dejando el rastro por el cuello,
de una chispa brutal y descarnada.
Y una espina feroz y despiadada,
-duela carnal, bajo la fe del cello-
ciñe tenaz el aire de un cabello,
resuelto ardor y angustia desatada.
Talla de lumbre, enigma que de hinojos,
incendia la esperanza con el brillo
de tanto amor, erguido entre despojos.
Misterio de madera y de martillo:
la cálida renuncia de los ojos,
concretada en las manos de Salzillo.-
Ángel Moreno Delgado
Ganador del Premio Especial «El arte y la palabra» dedicado al escultor Francisco Salzillo.