El escritor latinoamericano Erik Jacobs es uno de esos autores que se muestran más que satisfechos del resultado de su obra. Consciente de que su universo de Englandom alberga personajes que no es frecuente encontrar en la literatura distópica, trabaja con minuciosidad para continuar detallando ese Londres salvaje y despiadado que, sin embargo, es capaz de hacer florecer una historia de amor intenso. Y la saga no ha hecho más que empezar.
«Los personajes LGTBI han estado ausentes demasiado tiempo».
Erik Jacobs, autor de la saga Englandom.
Te preguntaría cómo surgió la idea para escribir Héroes de Englandom, pero estamos viviendo en un mundo tan convulso, especialmente en el último año, que parece que la realidad es la mejor fuente de inspiración. ¿Crees que situaciones como la que estamos viviendo pueden acabar desembocando en realidades como la que tú cuentas?
Esa es una frase que yo repito con frecuencia: «La realidad es la mejor fuente de inspiración». La cuestión es si lo que vemos en la realidad nos inspira para suscitar un cambio que conlleve un avance hacia algo mejor.
Como expresión de mi naturaleza optimista, yo tiendo a considerar estos momentos de prueba tan duros como el que estamos viviendo como una oportunidad para aprender, para mejorar y avanzar en la dirección correcta, como individuos y como sociedad.
Aparte de entretener al lector, creo que una de las funciones principales de la literatura —y en este caso en particular las distopías— es mostrar un posible mundo terrible, indeseable, al que se ha llegado como consecuencia de seguir el camino errado. Una especie de llamada de atención, o alerta, que pudiese contribuir en menor o mayor medida a evitar que el mundo desemboque en una realidad como la descrita en Héroes de Englandom.
Así que no, no creo que la situación actual acabe desembocando en una realidad distópica.
Entrando en materia con la novela, el protagonista de Héroes de Englandom es muy atípico, ya que se trata de un chico gay. Además, el chico del que se enamora también tiene un destacado papel. ¿Te hace sentir orgulloso la aportación que haces a la literatura LGTBI?
En cierto modo sí, pero quizá se trate más de satisfacción que de orgullo. Satisfacción en el sentido de que, a juzgar por muchos de los comentarios que he recibido por parte de lectores y lectoras, tanto el hecho de que los protagonistas sean gais, así como su historia de amor, resultan algo natural, no forzado, y carente de los típicos clichés que pudiesen esperarse.
Esta historia es, por tanto, mi contribución a que estos personajes reciban la visibilidad y la historia que merecen, ya que han estado ausentes demasiado tiempo.
Desafortunadamente, no hay muchos casos como el de Derin o Dylan. ¿Qué referentes crees que puede tener una persona LGTBI en la literatura?
Excelente pregunta. No hay muchos libros con protagonistas LGBTI, aunque sí hay algunos, pero no me atrevería a mencionar referentes en la literatura para una persona LGBTI, puesto que considero que cada persona en esta comunidad (como en cualquier otra) es un individuo; por tanto, según su carácter, sus intereses y perspectiva, cada quien tendrá una noción distinta de lo que considera un referente.
De lo que sí estoy casi seguro es de que, para un lector LGBTI que disfruta de las distopías juveniles, no hay, que yo sepa —y me encantaría encontrar muchos otros—, un referente como Derin y Dylan.
¿Qué elementos de tu novela crees que son más atractivos?
Los personajes, las intrigas y la historia de amor del protagonista.
¿Te resultó más fácil o más difícil escribir el segundo libro? ¿Hiciste algún cambio importante en tu metodología o la manera en que fuiste hilvanando la trama?
En su conjunto, definitivamente fue más fácil escribir el segundo. Y no me refiero a menos trabajo —fue todo lo contrario—, sino al enorme placer que me supuso explorar más a fondo los personajes existentes e introducir los nuevos. Con las bases ya sentadas, pude desarrollar con más libertad elementos, temas e intrigas expuestos en el primer libro, a la vez que expandía el contexto geográfico y social de la historia.
La saga de Englandom se divide en tres libros, y si consideramos la historia completa en tres actos, Héroes de Englandom fue la introducción. Habiendo puesto en buena marcha la narración, en Furia de Englandom disfruté extendiendo la trama y sus personajes, añadiendo subtramas, nuevos elementos y revelaciones, y dejando listo el inexorable camino que conduce a la confrontación definitiva, a la conclusión final del tercer libro.
Tengo entendido que, en sus inicios, tu carrera profesional no tenía nada que ver con la escritura, ¿cómo te iniciaste en este mundo?
Para mí fue algo muy natural. Desde temprana edad me gustaba imaginar historias para contar a mis hermanos más pequeños; luego, en la escuela, escribí algunos relatos cortos que, bueno, sobresalían entre los demás, pero sin pasar a mayor cosa. Con las vueltas que da la vida, dejé por algunos años la escritura, pero el gusanillo siempre estuvo allí dentro. Por fin, trabajando en la banca, decidí un día que tenía que plasmar en palabras las historias y los personajes que constantemente revoloteaban dentro de mi cabeza y pedían a gritos que se les dejara salir.
En Héroes de Englandom aparece una escena que me llama mucho la atención, que es la retransmisión de una condena a muerte. ¿Crees que el mundo avanza hacia la espectacularización de sus miserias?
Creo que ya estamos en presencia de esto, desde hace rato, quizá sin darnos cuenta de forma consciente. Solo hay que echar un vistazo a algunos noticieros de TV que transmiten 24/7, lo que también sucede, en buena medida, en las plataformas de vídeo en la red:
Cada vez que ocurre una catástrofe natural, política o social en algún lugar del mundo, nos inundan ininterrumpidamente con imágenes —a veces grotescas— del dolor y sufrimiento de las víctimas. Con sus comentarios, mesas de expertos, especulaciones y expresiones superlativas de espanto y desgracia, retroalimentan, con frecuencia de manera artificial, el gran espectáculo de la miseria, mientras millones de espectadores permanecen pegados a las pantallas de sus dispositivos.
¿Con qué novela o novelas sería un orgullo para ti que comparasen a Héroes de Englandom?
En realidad no me gusta mucho que se comparen unos libros con otros, pero, claro, si queremos establecer algún punto de referencia con algo conocido, no podemos evitar del todo las comparaciones.
En el caso de Héroes de Englandom, existen elementos —unos más evidentes que otros— para comparar el libro con obras como Los juegos del hambre, Divergente, 1984, El fugitivo, e incluso La guerra de las galaxias y Dune —lo que quedará más claro en los libros dos y tres de la trilogía—. La comparación con cualquiera de estas historias significaría un gran orgullo.
¿Cuándo tienes previsto continuar esta trilogía? ¿Hay algún proyecto destacable antes?
Trabajo constantemente en la trilogía. Actualmente, me encuentro armando la estructura del tercer libro para pronto comenzar a escribirlo.