Tejedoras de Almas
Hay libros que apetecen más en cierta época del año, y este es el sentimiento que tengo con respecto a Tejedoras de Almas, de J.F. Acroll, en el mes de octubre. El otoño, el cambio de temperatura y el inminente Halloween, me transportan hasta lecturas llenas de magia, y a veces, también salpicadas por un poquito de oscuridad. En el mundo de J.F. Acroll, habrá dones mágicos, sí, pero también poderes oscuros a punto de despertar. Vamos a conocer más a fondo su novela.
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Alguna vez has contado que soñaste con las protagonistas de tu historia, ¿qué más te inspiró para crear Tejedoras de almas?
Siempre me ha llamado mucho la atención pensar en el destino. Muchas veces decimos que alguien está destinado a hacer algo pero ¿y si ese destino no nos hace felices? ¿y si tenemos un don que más que una bendición es una carga? Sobre esa premisa nace el don de tejer almas. Me inspiré en la idea de toda esa gente que hace cosas en las que supuestamente son excepcionalmente buenos pero que no les hacen felices. A veces, hay dones que son verdaderas maldiciones y provocan más sufrimiento que alegrías. Además, siempre me ha hecho mucha gracia que en las películas y libros de fantasía, los aprendices de magia son capaces de dominar su poder en las trescientas páginas que dura el libro. Yo siempre pienso que si yo fuese mago, sería torpísimo y tardaría años en aprender a convertir una rana en una rosa, así que eso se verá reflejado en Tejedoras de almas. Hyra y Destino aprenderán antes o después, pero no sin sufrir las consecuencias de su desconocimiento de la magia. Si yo he tardado años en acabar mis estudios, ellas no se van a sacar el título de hechiceras en solo dos libros, la vida real no es así… Finalmente, como ya he dicho en más de una ocasión, viajar y estudiar otras culturas son dos de las cosas que más me ayudan a crear los mundos de Ma’oz. Muchos tienen pinceladas de algunos viajes, otros de civilizaciones antiguas, y todo se adereza con un poquito de imaginación para conseguir el resultado final: un mundo repleto de contrastes, reinos y criaturas en el que las relaciones entre los mismos no siempre son fáciles.
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En tus novelas hay referencias a la cultura audiovisual de tu infancia, o a los viajes que has hecho… de todo ello, ¿qué crees que te ha marcado más a la hora de escribir?
Sin duda viajar. Cada vez que voy a un lugar nuevo, las ideas se amontonan en mi cabeza. Cuando fui a Nepal, no podía parar de imaginar nuevos reinos del mundo de Ma’oz, veía en mi cabeza a los personajes viviendo en lugares parecidos a los que yo estaba viendo, probando las comidas que yo tomaba y viviendo las experiencias que yo estaba descubriendo. Por lo general, siempre que voy a un lugar nuevo, se me ocurre algún personaje que incorporar, algún rasgo cultural que añadir a los libros o alguna tradición que uno de los reinos puede compartir con el destino que estoy visitando. Creo que viajar nos ayuda a abrir la mente y, en mi casa, es una fuente de inspiración.
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Y de todos los lugares que has visitado, ¿cuál es tu favorito?
Soy incapaz de escoger uno, aunque suene a la típica respuesta. No puedo escoger entre la amabilidad de Nepal, la magia de Marruecos, la belleza de París o la increíble historia de Grecia. Y en España tampoco nos quedamos cortos. ¿Qué ciudad es más bonita, Toledo, Segovia, Córdoba o Granada? Es imposible escoger, y en eso reside lo bonito de viajar: siempre vas a encontrar algo que nunca has visto, una nueva cultura, un nuevo plato, nuevas tradiciones, edificios, plazas. Podría decirte que Granada, pero por el simple hecho de ser de allí y de, a pesar de haberla recorrido y paseado miles de veces, no dejar de sorprenderme con ella. Pero si me dices que te diga cuál es la ciudad que más me ha gustado, soy incapaz de responderte. Todas tienen algo que no se puede olvidar, todas tienen matices diferentes y de todas se aprende algo, así que creo que mi lugar favorito del mundo es un avión, porque simboliza el descubrir nuevos lugares y representa la pasión por viajar y conocer.
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La literatura fantástica es un género del que existe una gran oferta, y además es muy demandado por los lectores. Desde el punto de vista de un escritor, ¿es muy difícil ser original dentro de este género?
Sí, en mi opinión es muy difícil. No tanto por el hecho de crear una historia diferente, ya que con trabajo se puede conseguir crear algo nuevo que sorprenda y atrape al espectador. Para mí, lo complicado es no dejar que todas las influencias de la fantasía que conocemos te afecten. En mi caso, decidí abrazar esas influencias y dejarme llevar. No puedo evitar que en Ma’oz se vean reflejos de Tolkien o de Rowling, puesto que he crecido con sus libros y son los que me han hecho amar la fantasía hasta el punto de soñar con mi personajes. Por eso, aunque en un principio traté de evitar las similitudes con sus historias, al final decidí que si había algo que recordaba a El Señor de los Anillos o a Harry Potter, no era más que una consecuencia de haberme leído sus libros hasta la saciedad. En cualquier caso, en mis historias bebo de la mitología clásica, la escandinava, la historia antigua y, por supuesto, de los grandes libros de la literatura fantástica, pero creo que la trama y los personajes son originales y tienen garra y carisma de sobra para enganchar al lector.
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Esta no es una novela de damas en apuros, que necesitan que las rescate un caballero, sino de mujeres que se saben cuidar solas. ¿Crees que la literatura actual tiende a dar más poder a la figura de la mujer, o sigue haciendo falta más conciencia de que las mujeres pueden tener papeles protagonistas?
Creo que poco a poco vamos descubriendo más historias en las que las mujeres tienen papeles protagonistas y son esenciales en la trama. Tejedoras de almas no es, ni mucho menos, una saga precursora en dicha cuestión. Cuando yo empecé a escribir y comenzaron a nacer personajes principales, irremediablemente fui creando mujeres fuertes y capaces de valerse por sí mismas. Esto no quiere decir que yo sea un ejemplo de feminismo, de hecho en la primera parte hay aspectos que muestran que todos, por el hecho de vivir en una sociedad basada en el patriarcado, tenemos comportamientos machistas contra los que tenemos que luchar. Yo soy el primero que reproduce conductas machistas que tengo interiorizadas y contra las que hay que luchar. Por eso, aunque pretendo que con cada libro estas conductas machistas que yo mismo sigo manteniendo acaben desapareciendo, los lectores verán aspectos a mejorar, por lo que las opiniones en ese y otros aspectos son más que bienvenidas para ayudarme a eliminarlos. Pero a la hora de crear personajes femeninos fuertes, yo soy el resultado de mi entorno. Para mí, crear mujeres fuertes es una consecuencia de observar a las mujeres que me rodean. Mis amigas y las mujeres de mi familia son mujeres libres, que han alzado y alzan la voz ante las injusticias y que no necesitan que los hombres les digamos qué deben hacer. Personajes como Suley o Hyra, que no temen decir lo que piensan y que pueden defenderse solas sin la necesidad de un hombre están basados en amigas y familiares que, por decir lo que piensan han sido criticadas y juzgadas en muchas ocasiones. Por eso, no pienso que haga falta más conciencia para dar protagonismo a las mujeres en los libros, creo que lo necesario es reflejar la realidad social, en la que las mujeres salen a la calle en manifestaciones históricas para reclamar la igualdad de derechos. Hay mucho por hacer, pero no en los libros: queda mucho por hacer en la sociedad actual, y para ello todos debemos desprogramarnos y aprender, yo el primero.
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No nos hagas spoilers, pero, ¿la continuación de Tejedoras de almas va a girar hacia el terror?
Tengo tantas ideas que esto es algo arriesgado de responder. En mi cabeza hay ideas como para escribir cientos y cientos de libros de Tejedoras de almas, por lo que podría pasar cualquier cosa. En principio, tengo ideas para que la saga esté formada por 6 o 7 libros, aunque todo dependerá de cómo funcione y de los medios que tenga para seguir publicando, puesto que la autopublicación no siempre te permite extenderte todo lo que tú quieras. Lo que sí puedo avanzar es que, aunque los próximos libros no serán puramente de terror, en al menos uno de ellos sí que pasaremos momentos de miedo y de angustia. Adelanto que habrá una raza, los fados, que necesitará del miedo para existir, y esto hará que Hyra y Destino pasen algún que otro mal rato.
Agradecemos de corazón que J. F. Acroll nos haya regalado parte de su tiempo para responder estas preguntas. Si estáis interesados en un ejemplar del libro, podéis contactar con el autor, adquirirlo a través de la editorial Ex Libric o a través de la plataforma de Amazon.
La Reina lectora