Siempre resulta un poco sorprendente encontrar a alguien con un currículum tan científico como un médico con una afición tan notable por escribir (y leer) fantasía. Sin embargo, es un género en el que la venezolana Dorylú Hernández Blanca se ha propuesto conquistar a los lectores y cumplir un sueño que, como ella misma asegura, le apasiona desde siempre.
«Los elegidos del fuego»
¿En qué momento te decides por dar el paso y dedicarte a escribir?
Escribo desde los 14 años. Cuentos y poesías eran un hobby, hasta que la vida profesional se hizo muy agitada. Entre la atención de mis pacientes, la enseñanza en la escuela de medicina y mi trabajo como asesora de una gran farmacéutica, escribir se hizo un lujo del que había que prescindir. Simplemente, no había tiempo para hacerlo. Todo cambió cuando dejé mi país y todo lo demás atrás. Me encontré de repente con tiempo de sobra en mis manos y la necesidad de reinvención. Ese fue el momento. Desenterré mi antiguo hobby y decidí pulirlo. De alguna manera, todas las historias que tenía que contar cobraron vida, y con ellas, yo misma encontré un nuevo sentido, un nuevo rumbo. Hoy me siento más que contenta de continuar por este camino, que, aunque sé que es largo, tortuoso, empinado y con obstáculos, me apasiona y sé que me conducirá a grandes satisfacciones.
Dorylú Hernández Blanca
«Para mí, escribir significa vida y creación».
¿Te sirves a menudo de la ciencia cuando escribes, o prefieres dejar volar la imaginación?
Las dos cosas son ciertas. He escrito una serie de historias cuyos protagonistas o el ambiente en que se desarrollan está marcado por alguna enfermedad (pueden encontrarlas en SeAuscultanLetras, en la sección de relatos). También me ha servido la medicina para crear personajes, y algo de la temática de una serie que vendrá más adelante. Sin embargo, dejar volar la imaginación con una intención final de reflexión y aprendizaje es algo que me gusta mucho y he puesto en práctica. Es el caso de la serie de La llave del caos y el príncipe océano. Ambos mundos fantásticos, cuyos protagonistas viven aventuras y enfrentan retos con grandes aprendizajes de vida inmersos en toda la trama.
¿Dirías que escribir es terapéutico?
La escritura, para mí, significa expresión, conexión, vida y creación. Pero, además, en mi caso particular, escribir fue catártico en un momento difícil de mi vida. Me ayudó a centrarme, a canalizar sentimientos y emociones, a limpiar mente, alma y espíritu. Un nuevo comienzo sin cargas, sin lastres. Un ancla que me sujetó a mi verdadero ser e hizo que lo adverso pasara de largo hasta desvanecerse.
¿Qué tipo de personajes disfrutas más escribiendo?
Personajes con carácter, lejos de la perfección. Esos que no tienen todo a su favor, pero que saben cómo transformar los obstáculos en oportunidades para salir adelante y triunfar. Esos que pueden existir en el mundo real, con los que todos pueden identificarse y empatizar, pero que además inspiran y son dignos de admirar por sus cualidades interiores.
En Los elegidos del fuego, Churi, el protagonista, debe emprender un viaje y superar una serie de pruebas. Es una especie de Hércules moderno, en versión fantasía.
Hay ciertas similitudes, pero grandes diferencias en cuanto a cuál es el verdadero objetivo y la forma de conseguirlo. En ambos casos hay una finalidad de redención, Hércules debido a sus propias faltas, Churi por las de sus antepasados. Sin embargo, los retos de Hércules corresponden mas al plano de la fuerza, donde cada reto encierra un objetivo de sometimiento y muerte de un tercero. En el caso de Churi, se persigue más una conquista en el plano personal, un despertar espiritual, donde el conocimiento interior es la fuente del verdadero poder. Mientras Hércules se enfrenta a enemigos externos, Churi debe enfrentarse, además de a estos, a sí mismo.
¿Qué ventajas tiene para ti la autopublicación?
La autopublicación es esa ventana que se abre a muchos autores, ya sea cuando las puertas tradicionales se cierran, o simplemente no desean llamar ante ellas. Tiene la ventaja de someter tu obra ante los verdaderos jueces, los lectores, sin grandes tiempos de espera y sin intermediarios rígidos y muchas veces prejuiciosos. También les da a los autores más voz sobre su obra, y más control en todos los pasos.
¿Qué géneros son tus preferidos como lectora?
Yo leo todo lo que cae en mis manos. Sin embargo, dentro de la ficción, la fantasía y el suspense o thriller tienen un lugar especial. Dentro de la no ficción, leo mucho de desarrollo personal y, por supuesto, revistas médicas y científicas.
¿Qué mensaje te gustaría transmitir con tus libros?
Que no existen límites más que los autoimpuestos. Imposible no es algo que no puede hacerse, es algo que de momento no sabes cómo hacer, pero que puede cambiar si tan solo lo intentas y perseveras.