Cuidar las palabras
Nacía el siglo XXI y ya estaba el embrión de Canal Literatura desarrollándose en las entrañas de Internet, como un bebé en el útero madre, utilizando la arroba (@) y almohadilla (#), desplegando los cinco sentidos y escuchando la música de un mundo anónimo que rugía sólo con palabras en texto plano y plena libertad.
Allí se encontraron muchas almas solitarias que surcaban la vida a lomos de su afición por la literatura y la escritura creativa sin gente cercana que compartiera la misma inquietud. Unos por vivir en zonas despobladas o muy alejadas de los centros culturales, otros por enfermedad o minusvalía, algún otro por cumplir condena y la mayoría por amor al arte y la conversación.
La red fue ese punto de reunión permanente de las orillas hispanoparlantes del mundo que se entrelazaban por el idioma común y con toda normalidad, aunque nunca coincidieran las horas de comida o de descanso.
Poco a poco fue surgiendo de forma espontánea una organización donde el teletrabajo literario era la única forma de compartir contenidos, cada uno desde su computadora o su “ciber” más cercano, poniendo toda la creatividad a disposición del resto en una pequeña y rudimentaria página web y un foro simple pero suficiente para comentar y dar opiniones sobre todo lo publicado o acontecido. Opiniones que fueron siempre tenidas en cuenta, propuestas que fueron convertidas en realidades, como la creación de certámenes de narrativa y poesía, las entrevistas en directo a escritores consagrados que se acercaban a internet por primera vez, el premio del público y tantas y tantas cosas más.
Por entonces el anonimato era sagrado, nadie osaba dar su auténtica identidad, por tanto, sólo sus palabras eran el reflejo de su personalidad, sus inquietudes y sus destrezas. Los que vivimos aquella época aprendimos a conocernos, sin imágenes ni vídeos pues la velocidad del modem no alcanzaba más de 56 KB/s. y no existían formatos de compresión de archivos. Pero fue suficiente para crear fuertes lazos de amistad, de admiración y respeto que perduran hasta el día de hoy sin que muchos hayan llegado nunca a conocerse personalmente. Esa red fue el apoyo que muchos necesitaban para crecer y así sustentados, sobre ese pequeño puñado de almas hemos podido disfrutar de enormes obras que nunca hubieran visto la luz sin este soporte digital.
Este año 2020, que ha sido tan particular y negativo en algunas cosas, ha venido a confirmar que la red usada con propósitos edificantes, sea en el ámbito que sea, es una herramienta fundamental para la comunicación personal y de trabajo. Que una organización no es nada si no cuenta con sus componentes y usuarios y acepta escuchar a quienes la componen. Y en Canal Literatura estamos orgullosos de haber sido pioneros creando una comunidad virtual literaria cuando aún no existía ninguna otra red actual.
Ahora, cuando el ruido y el pavoneo en la red es apabullante y descarado, algo que no nos permite mantener el anonimato necesario para garantizar un premio honesto, nosotros, en Canal Literatura, seguimos ciñéndonos a cuidar las palabras, a expresarnos con ellas y a dejar que cada uno vuele con su imaginación. Todo, como es lógico, en Español.
Os deseo que el año nuevo que comienza os depare mucha salud para vosotros y vuestras familias, buenos y entrañables amigos que os den soporte y alegría, así como muchos proyectos que abordar con éxito y satisfacción personal.
Al final, “vivir la vida” no es otra cosa que aceptarla como viene y mantenernos a flote en la barcaza de nuestras ilusiones.
Brindemos por un Feliz 2021.
Luisa Núñez
CEO del Portal Canal Literatura
Especialista Universitario en Sistemas Interactivos de comunicación
Gracias, Luisa, por tu trabajo y enhorabuena por mantener la ilusión. Feliz Año.
Gracias a todos vosotros que igualmente sabéis mantener la ilusión y la escritura. Feliz año Carmen:)