¿Quién no recuerda a nuestra mítica Mariquita Pérez? Con su cuerpo robusto y su infantil rostro de porcelana artesana, junto a su hermano Juanín. Leonor Coello quería, tras la Guerra Civil, dar una sonrisa a los más pequeños y creo está muñeca. Tras Mariquita nacieron otras muñecas del estilo pero quizá mejoradas, como Gisela, Cayetana, Mariló… A partir de aquí, quizá, las productoras se pusieron en marcha para cambiar los juguetes, en especial las muñecas, y adaptarlas a la sociedad del momento. Tras Mariquita Pérez se empezaron a realizar muñecas más altas y delgadas. De cabellos largos y con vestimentas más, casi, cerca de la indumentaria adulta que la infantil.
Con los primeros desfiles de modas nace también Nancy, la muñeca de plástico con pecho, ya, visible. Piernas largas y sonrisa y facciones maduras. El prototipo que empezaban a dar las muñecas eran el de unas jovencitas con buen cuerpo y bellos rostros.
La sociedad cambiaban y las muñecas de antaño lo hacían casi a compás.
Mejorando sus trajes y su figura de forma extraordinaria. Así con estos cambios se llegan a los años 50, cuando Ruth Handler , exactamente en 1959, crea la muñeca Barbie. Con la aparición de Barbie, Nancy ha perdido todo su prestigio y ha quedado, como las demás muñecas de «cuerpos imperfectos», en segundo plano. La niñas de la época veía en Barbie aquello en lo que querían convertirse; medidas de escándalo, pelo rubio largo y ropa cara…
Con este y otros muchos ejemplos la sociedad nos ha inculcado a conciencia, o no, las cosas perfectas de la vida. El estereotipo de mujer ideal, de medidas perfectas y cara bonita. Y ahora la sociedad se preocupa por la bulimia, por la anorexia, por si mi hija se preocupará tanto de la belleza y la figura como para crearle un gran problema de complejidad. Se preocupa por hacer concursos para personas con sobrepeso que equilibren los más de cien concursos de bellezas realizados hasta el momento.
Si miramos a nuestro alrededor nos hemos convertido en una sociedad materialista y superficial, que ahora intenta por todos los medios tapar esos defectos. Pero ojo, aunque sin cesar se intenta repara el error que cometimos, seguimos haciéndolo a la medida más material y superficial que se puede. Tan solo compensamos los errores, en ningún momento estamos deshaciéndonos de ellos.
Ahora, hay un concurso de belleza, pues entonces crearemos uno para personas con sobrepeso, qué considerados somos. Creamos la muñeca Barbie de medidas perfectas, mejoráremos las Barriguitas de pequeños cuerpos robustos, le pondremos un buen márquetin y equilibramos la venta, qué considerados somos…
Deberíamos vencer las ideas preconcebidas y los prejuicios sociales, en beneficio de una sociedad más comprensiva.
Ketsya
Venzamos las ideas preconcebidas en aras de una sociedad mas comprensiva. Con la salud en peligro y expectativas de vida limitadas. Pero todo sea en aras de lo politicamente correcto. Viva la obesidad.
Mi primera muñeca fue una Cayetana… mi madre le cambiaba el vestido cada año y los Reyes me la traían cada 6 de enero… hasta que finalmente se rompió y tuvieron que comprarme una muñeca nueva…
… en fin…
Arare