«La psicología es un campo inagotable de inspiración».
La salmantina Ariel Zorion comenzó escribiendo en su ciudad natal. Mucho antes de comenzar la carrera de Periodismo, ya colaboraba con alguna revista, aunque nunca se planteó que de aquello fuera a dar el salto a convertirse en escritora. Hoy, con más de una decena de títulos a sus espaldas, rememora el trayecto y asegura que lo más difícil de ser escritora es, precisamente, todo lo que no tiene que ver con escribir.
¿Te nació la pasión por la escritura en tus inicios como periodista en Salamanca o ya venía de antes?
Ya venía de antes, aunque no me planteaba escribir libros. Antes de empezar la carrera, ya colaboraba con una revista en Salamanca para la que escribía artículos, hacía alguna entrevista… No obstante, ha sido en los últimos años en los que más se ha despertado esta pasión por escribir.
¿Qué dirías que es lo más complicado de ser escritora?
Todo lo que no es escribir. Es decir, darte a conocer, gestionar las redes sociales, estar al tanto de la normativa relacionada con la profesión, publicitar tu trabajo… Es muy difícil hacerse un hueco, por eso estoy tan sorprendida por el gran número de lectores que le están dando una oportunidad a la trilogía, ya que, desde que se publicó Ocaso, el 1 de octubre, he observado un crecimiento exponencial en los informes de Amazon.
¿Cómo surgió la idea para escribir la Saga Ocaso?
Si soy sincera, no lo tengo demasiado claro. Es una pregunta que siempre me cuesta responder con mis libros, porque, simplemente, la idea llega y no sé muy bien a qué responde. Sin embargo, sí hay algo curioso y diferente en esta saga y es el hecho de que uno de los personajes de estos libros surgió tras ver un anuncio de una conocida marca de relojes en una revista de National Geographic.
¿Qué ha significado para ti ver La hora del ocaso traducida al inglés?
Un síntoma de crecimiento, de avanzar en mi carrera como escritora. Tengo la suerte de poder decir que, desde que publiqué mi primera novela, cada año he observado un crecimiento respecto al anterior y esto ha sido especialmente pronunciado desde que publiqué La hora del ocaso, que precisamente es cuando empecé a estar más presente en redes sociales y publicitar mis libros. En lo que va de 2021, ya casi he triplicado las cifras de 2020, lo cual me emociona y me permite soñar un poco más.
Teniendo en cuenta el trasfondo de tus historias, tus personajes y tramas, ¿dirías que la psicología te ha marcado especialmente a la hora de escribir tus novelas?
Sin dudarlo. La psicología es un campo inagotable de inspiración. Creo que, además, me ofrece muchos recursos como escritora para poder definir los personajes y que estos tengan rasgos de personalidad pronunciados. Pero, además, me ofrece la oportunidad de transmitir a través de mis libros ideas y reflexiones que no siempre están a simple vista, sino que se leen entre líneas, porque forman el trasfondo de cada historia. Emociones como el miedo en sus distintas expresiones, la inseguridad, la culpabilidad…
¿Cuál de los personajes de tus libros dirías que tiene más de ti?
Esta pregunta sí que es difícil. No puedo señalar ninguno en concreto. Tal vez, los personajes femeninos fuertes y con carácter serían los que tienen más de mí, o tal vez me gustaría verme reflejada en ellas, no lo sé.
¿Con qué escritor o escritora te gustaría que te comparasen?
No sé muy bien realmente qué responder a esta pregunta porque creo que, en realidad, no me gustaría que me comparasen con nadie, y esto, que conste, lo digo con toda la humildad, porque hay muchos escritores y escritoras de tanto talento que, evidentemente, sería un honor que me comparasen con ellos. Lo que quiero decir es que me gustaría tener un estilo personal, propio y que no recuerde a otros, que no parezca una imitación de nadie más.
Dado que los viajes suelen servirte como inspiración para escribir, ¿qué lugar que aún no hayas visitado crees que te podría inspirar una gran historia?
Pues, tal vez, Japón. He oído hablar tanto de sus almendros en flor y he visto imágenes tan asombrosas que estoy segura de que verlos en persona sería una fuente de inspiración asegurada.