El silencio se apodera
de mi voz y mi mente
que sin ansiedad espera
entre mis brazos tenerte.
Ya no escribo
porque al escribir te pienso
y al pensarte pido
estar aquí contigo.
Mientras tanto no escribo
porque para ti es el verbo
que me hace sentir vivo
como si a tus ojos vuelvo.
Y ya no sueño porque cuando viajo
en tenue luz de noche
escapo por suelo atajo
que me libere de tu reproche.
Ya no hablo, tampoco rio,
mis palabras para ti eran
y detrás de un vano sombrío
tus labios se esconderán.
Ya no escribo, ni escucho canciones
ya no lloro se han ido emociones
mientras encerrado vivo
donde no hay ilusiones.
Y no corro en vuelos
pues el sendero es frio
a horizontes solos
manda enterrar el brío.
Aluden nubes que el cielo
mandará un rayo encendido
para convertir mi anhelo
a palabras de tinta en descuido.
Lacerante pasa el tiempo
y no logro escribir
en papel el cuerpo
que me hace sonreír.
Mis manos reposan
parecen cansadas
pero fue aquella rosa
que se clavó como espada.
Ya no escribiré al viento
si en mi mente no habitas
vivo en sueños sediento
cuando en el corazón palpitas.
Sentado quedaré por siempre
no veo venir tus alas
y el papel en blanco a la suerte
parlará notas malas.
Ya no escribo, se marchó el sentido
a mi lado veo abismos
acarician tus latidos
cual fueran ellos mismos.