– ¡Mudo!, ¡Mudo!, ¡Mudo!- Gritaban unas niñas de entre 6 y 10 años y salían corriendo. Quino, pronunciaba la vocal “a” de una forma desgarrada, profunda y alta. Gritaba y salía tras ellas.
– ¡Mudo!, ¡Mudo!, ¡Mudo!- Gritaban unas niñas de entre 6 y 10 años y salían corriendo. Quino, pronunciaba la vocal “a” de una forma desgarrada, profunda y alta. Gritaba y salía tras ellas.