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180- Jazz, swing, jazz. Por Fanny Prices

No toquen esta pieza rápido.

Nunca debe tocarse rápido un ragtime.

SCOTT JOPLIN

 

 

            Lustró los zapatos de baile con energía, estiró sus pulgares bajo los tirantes y dijo frente al espejo marcando mucho la ese final: jazz. No era guapo, no tenía los dientes blanquísimos, pero él era Johnny y nadie, nadie, entendía como él de swing. Eso bastaría para conquistar a la inalcanzable Susan. Repitió los pasos con la mejor de sus sonrisas: patada, salto, arrastro y giro. Jazz. Los zapatos nuevos eran fantásticos, el alza en uno de los tacones apenas marcaba su cojera. Los probó otra vez. Jazz, dijo, y levantó a lo conquistador varias veces las cejas. Esa noche iría al club, pediría una copa, tal vez dos, buscaría con la mirada a Susan y seguramente se quedaría prendado un instante por como a ella, en la pista de baile, no le hacía falta ningún foco para brillar. Porque Susan, Susan era una diosa: Rita, Marilyn, Audrey… Las tres, las tres en la misma partitura; por las ondas de su pelo, por la forma que el tul de la falda ebullía al compás de sus saltos, por cómo, al son de la orquesta, volaba elegante en cada giro. Y sus ojos, sus ojos inundaban de mar ese sótano en esa ciudad tan caótica y gris. Un mar azul, bamboleante, al ritmo del saxo, al ritmo del jazz. Tendría que hacer cola para llevarla hasta el centro, sí, ser más ávido que todos los dientes blanquísimos que con esos pasos impecables, cada noche, la zarandeaban en la pista. Pero eso no era swing. Ella aún no lo sabía. Y es que él era Johnny, no tenía la sonrisa perfecta, pero sí zapatos nuevos y nadie, nadie, sentía el swing como él. Jazz.

            Se puso nervioso al llegar al club. Había más dientes que nunca merodeándola. Pidió un Manhattan, se sentó en un rincón y, sin perderla de vista, dejó que la música lo envolviera. Jazz. El piano del ragtime le dio la orden. Johnny se acercó, despacio, tratando de cojear lo menos posible, aunque los zapatos nuevos le empezaran a rozar el talón. Vamos, Johnny, se dijo, enséñale tu swing.  Cuando estuvo frente a Susan, las manos, las manos le sudaban sin remedio. Se las limpió disimuladamente en el pantalón y dijo con voz trémula: ¿bailas? Susan lo miró de arriba abajo con el ceño fruncido, pero encogió los hombros y tomó la mano de Johnny para levantarse. Los focos, los focos los guiaron hasta la pista y las notas de la trompeta incrementaron el ritmo. Muy rápido, pensó Johnny. Susan empezó a saltar. Patada, salto, arrastro y giro. Más rápido, imploró a su pierna corta. Pero su patada, demasiado lenta, acabó en la espinilla de Susan. Saltó y la arrastró hasta que sus piernas se liaron en el giro y la diosa, la diosa acabó rodeada de tul en el suelo. La sonrisa más blanca del mundo la rescató, se la llevó con un swing perfecto, y Johnny, Johnny salió de la pista cojeando más que nunca. Jazz.

            Pidió otra copa y, desde la oscuridad de su rincón, admiró lo que nunca podría tener. La orquesta dejó de tocar. Cinco minutos, anunciaron. Sentado, en silencio, Johnny se fijó en sus zapatos nuevos. Se aflojó un poco los cordones y dio un último trago sin dejar de mirarla. Entonces, el piano comenzó a llenar otra vez y muy lentamente su mundo. Johnny cerró los ojos. Se dejó ir. Sin poder evitarlo, su pie empezó a zapatear en el sitio al ritmo del saxofón y sus hombros, sus hombros a viajar por libre. ‹‹Somewhere beyond the sea, somewhere waiting for me…››, le dijo Frank. Jazz, le contestó Johnny, y buscó desde el sitio a Susan. ¡No!, se quejó, eso no es swing. No lo pensó dos veces, solo se descalzó y se dirigió al centro de la pista. Secuestró a Susan y sostuvo con determinación una de las manos de la diosa sobre su pecho. Ella trató de zafarse, pero Johnny, Johnny no se lo permitió. Estudió sus ojos. Sígueme, le dijo. Y sin separar los pies del suelo, comenzó a moverse de un lado a otro, al son, con el compás propio de una ola que desea elevarse desde lo más profundo del océano. Jazz. Susan, Susan se abandonó a su ritmo y Johnny, Johnny, ya encumbrado por la explosión de notas de todos los instrumentos, le susurró: tú eres swing. Luego, le dio un beso en la mano aprisionada, la soltó con suavidad y, rompiendo todas las normas del swing, salió de la pista con un relajado vaivén, al ritmo, siempre, siempre al ritmo, sin disimular ni un ápice su cojera y sintiendo, como no podía ser de otro modo después de ese swing, toda la fuerza del mar sobre su espalda. Jazz.

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80 Comentarios a “180- Jazz, swing, jazz. Por Fanny Prices”

  1. La Morisca dice:

    Mil jazz!!

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  2. La morisca dice:

    Voto por este relato

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  3. Alfred Hitchcock dice:

    Mucha suerte

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  4. Alfred Hitchcock dice:

    Voto por este relato

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  5. El asesino de Morfeo. dice:

    Ahí te dejo todas mis estrellas, haz con ellas lo que quieras y sigue haciéndonos bailar.¡Jazz!

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  6. Nairobi dice:

    Hola, Fanny Prices:

    enhorabuena por este relato cargado, y bien cargado, de swing.
    Las descripciones del ambiente, de los gestos y de las sensaciones me parecen buenísimas. Fluyen como la música y hacen que te sientas dentro de esa sala de baile.
    Y al final, ¿para qué intentar ser algo que no se es? Nunca funciona. Pero cuando uno se despoja de los artificios y, sencillamente, hace lo que siente sin censuras (o, lo que es lo mismo, se deja llevar por el swing), entonces transmite y consigue embravecer incluso al mar más calmado.

    Solo apuntar, si me lo permites, que las intervenciones de los personajes (interiores o no) deberían ir entrecomilladas mejor que en cursiva.

    Por lo demás, estrellas, Jazzzzzzz y ¡buena suerte! 🙂

    Nairobi

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  7. Lovecraft dice:

    Onni

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  8. leforeverdelamari dice:

    Siento reconocer que he pasado bastantes veces de largo por su relato.Y por qué?.Porque bajaba la escalera y veía asombrada lo bien que bailan todos estos plumillas.De qué época son? porque yo sólo sé baílar el chiki chiki de chikilicuatre.

    La verdad es que a mí las americanadas no es mi estilo, yo me tiro por el tango porque es mu » sensual» y de vez en cuando baílo lo de la mayonesa que también tiene su » meneíto».

    Esto no será un certamen de la tercera edad? jejejej

    La verdad es que no sabía qué decir porque estaba ya todo dicho.Aunque sinceramente yo prefiero tomarme un yintoni oyendo un saxo describiendo en el aire una nota musical, a medía luz y con mis medias de red ( maromo incluido a mi lao).

    Estoy fascinada después de leer.

    lamari

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  9. rulfo dice:

    No entiendo casi nada de jazz, swing y todos esos bailes nocturnos (bueno esto lo supongo porque nunca he visto a nadie durante el día). Pero el texto me ha sonado bien. Manejas correctamente el léxico apropiado para este tipo de fantasías. Las frases cortas y una estructura muy cerrada alrededor de lo que deseas contar.
    Felicidades Fanny Prices

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  10. jazzmina dice:

    Casi has hecho que empezara a danzar en medio del salón. Por lo que he podido leer, alguien que te conoce dice que llevas el ritmo en el alma. Pues empiezo a notarlo yo también. Aunque tendría que cambiarme de zapatos y de indumentaria. Muy bueno y apabullándonos con ese jazz que parece ser tu vida (¿o sólo la del prota?)
    Enhorabuena

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  11. Miliki dice:

    Jazz¡¡ baile , Jazz¡¡ uauu¡

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  12. Hóskar-wild is back dice:

    Un poco más de humo en la atmósfera no hubiera venido mal. Se han cargado estos locales con la prohibición de fumar y no es lo mismo; no, no lo es. Gracias por llevarnos a ese lugar que debe de existir ‘… beyond the sea’ a golpe de saxofón y piano. Suerte.

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  13. camino a la cima dice:

    Fanny Prices, he estado un rato «bailando» en la pista con Johnny y, como a él se me han suavizado los complejos.
    En bueno, hace pensar.

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  14. Lennon dice:

    Me vuelvo a pasar por aquí para dejarte mis estrellas. ¡Felicitaciones de nuevo!

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  15. Pigmalión dice:

    Por supuesto que tienes mi voto y bien de estrellas.

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  16. Pigmalión dice:

    Has conseguido que me ponga a bailar leyendo tu historia. Suerte.

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  17. Hombre sin abrigo dice:

    Pero por supuesto que voto por este relato. No podría ser de otra manera. Saludos cordiales y mucha suerte, Fanny.

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  18. Bonsái dice:

    Fanny Prices:

    Porque eres Jazz y me lo has hecho vivir…
    Para ti mi voto con diez estrellas.

    Un abrazo.

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  19. La señorita Bennet dice:

    Voto por el ritmo de este relato.
    Un beso

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  20. sacha dice:

    Por una vez me salto el orden cronológico en la lectura. Llegó la música y no supe resistirme.
    Sólo escucho jazz, nunca lo bailo y sé que ya no podré hacerlo por respeto a Johnny.
    El recurso de empezar una frase con la misma palabra que termina la anterior es todo un compás, Fanny. Y el relato es tan delicioso como mi última noche en la Recoleta.
    Enhorabuena, Fanny » Rita, Marilyn, Audrey… Las tres, las tres en la misma partitura».

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  21. La señorita Bennet dice:

    Fanny princes…
    Qué puedo decirte…
    Sé poco, muy poco de jazz, pero sé de ritmo, y tu historia lo tiene, mucho.
    Lo que más me ha gustado es el protagonista y su imperfección. ¡Estoy harta de personajes perfectos!

    Mucha suerte y enhorabuena

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  22. Lennon dice:

    Fanny, creí haberlo comentado hace unos días pero por alguna rezón no encuentro mi comentario. De cualquier manera no me cuesta nada repetirlo… FELICIDADES así, con mayúscula. Tu relato no se olvida, , se le queda a uno en el alma, tu manera de escribir es envidiable y estarás, de seguro, en el cuadro de los ganadores.

    ¡Un gran abrazo!

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  23. Fanny Prices dice:

    Jolines, Johnny como poco está colorao con la acogida… Y tan, tan agradecido…

    Fanny, en cambio, está desbordada y necesita sacar tiempo para leeros a tod@s, pero esta vida dura no no regala los minutos para lo importante. Aún así ya ha disfrutado con alguno de vosotr@s y promete robar minutos para aparecer en vuestras letras, porque, tanto Johnny como Fanny piensan que todas, todas tienen alma. Y nada hay mejor que eso.

    Mil Jazz para tod@s

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  24. angel con tacones de aguja dice:

    Me has hecho bailar, tienes alma de bailarin y ritmo en las venas. Me gusta.

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  25. La Morisca dice:

    Querida Fanny:

    Opino que has realizado un trabajo impresionante, me encanta tu estilo. Es un relato que merece una mención especial en este concurso.

    Que bueno es!

    Un Abrazo.

    La Morisca.

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  26. Milano dice:

    Cada vez que lo leo me gusta más. El ritmo de la lectura una pasada. Se siente una empatía brutal con el protagonista.Todos somos Johnny. Me encanta!

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  27. Mumu dice:

    Me ha encantado!!!

    Es precioso Fanny Prices. Necesitamos leer mas como este!
    La historia engancha!!!

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  28. milano dice:

    Buenísimo!!

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  29. Sincolase dice:

    Yo conozco a Fanny Prices y lleva el ritmo en el alma.

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  30. Lovecraft dice:

    Preciosa historia de amor imposible (¿o no?) que me recordó en su planteamiento al Romance de Curro El Palmo, de Serrat, pero ambientado en el Cotton Club y con un final no tan trágico.

    Suerte, Dream Lover

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  31. Adrian Vogel dice:

    Excelente. Tiene swing. Gran jazz!!!

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  32. Sol dice:

    He leído, hace un tiempo ya, un excelente libro sobre jazz o era de blues? No importa, lo que sí importa es que tu relato me trajo muy buenos recuerdos.
    Mis pies danzan solos y no los puedo detener!!!!
    Besososo

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  33. Fanny Prices dice:

    Jajjajaja

    ¡Claro, Caos! En eso consiste esto, en salir a bailar a pesar de todo… ¿Quién puede resistirse a zapatear un beyond the sea del gran Bobby Darin? Yo no…

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  34. caos dice:

    Muy bueno. Yo, que soy un trasto en la pista, además de fracasar en el primer intento como tu personaje, tras el segundo me llevaría a casa el tatuaje de una mano plana en mi sonrosada mejilla. Suerte

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  35. El asesino de Morfeo dice:

    ¡Por Dios, que bonito!…pero, nadie que sepa estirar los pulgares bajo los tirantes, como Johnny, puede no saber bailar. Y alguien como tu, que arrastra al lector a un planeta nocturno y le inyecta el Jazz en las venas, tiene que saber muchísimo de literatúra y de escribir. Lo dicho
    ¡¡¡¡Jazz!!!!

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  36. Dies Irae dice:

    No, si me quejo es porque debieron dejarme -con el jazz puesto, eso sí- durmiendo un sueño feliz después de emborracharme con el ron de Sol.

    Buenos días, Fanny. Nos conquistas de tres en tres. Sigue sonriendo, por favor.

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  37. Fanny Prices dice:

    Asesino de Morfeo, yo no soy más que un Johnny de la vida que, cojo, no sabe mucho de Jazz ni de literatura ni de escribir… Solo sabe de lo que siente y cada mañana sueña con conquistar a Susan (tú), aunque muy pocas veces lo consigue. Aún así, Johnny insiste, porque no quiere vivir sin ella, porque no sabe vivir sin ella. Porque Susan es su swing. Y, a veces, sin querer, sin saber cómo, un día consigue sostener su mirada un instante. Entonces, en ese momento, Johnny sabe que lo ha logrado, así que sonríe y dice: Jazz.

    😉

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  38. El asesino de Morfeo dice:

    Bonsái no se, yo de tirar el andador y de marcarme unos bailes. ¡No veas como suena el Jazz en mi gramófono!

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  39. Bonsái dice:

    Ira, ¿estás celosa? Tranquila mujer, el jazz es muy provocador.

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  40. Dies Irae dice:

    Vaya, vaya. ¿De dónde vienen ustedes dos tan de mañana, juntos y tarareando ese jazz?

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  41. Bonsái dice:

    Vuelvo a aparecer porque hoy me he despertado, antes de las seis de la mañana, con Jazz en mi cerebro… ¡BRAVO!

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  42. El asesino de Morfeo dice:

    Te has quedado conmigo. Otro vago-a, como yo pero con talento….Di que si,¡a la mierda las explicaciones!

    ¡¡¡Jazz!!!

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  43. Aljibe dice:

    Desayuno con tu relato y me voy al trabajo tarareando un jazz.
    GRACIAS!!!

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  44. Bonsái dice:

    “tú eres swing”. “Jazz”….
    Muy bueno, un zarpazo de alegría y ritmo.
    Un abrazo.

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  45. Fanny Prices dice:

    Dies Irae:

    ¡¡¡¡Jazz!!!!

    😉

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  46. Fanny Prices dice:

    Sincolase, Hombre sin abrigo, El asesino de morfeo:

    ¡¡¡¡Jazz!!!!

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  47. Dies Irae dice:

    Jazz, Fanny Prices.

    Que no se le suba a la cabeza: he escuchado jazz en mi cabeza tres veces leyendo: con Cortázar, con Cabrera Infante y hoy.

    Enhorabuena.

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  48. El asesino de Morfeo dice:

    Puro swing. Puro jazz. No puedo creelo..¡oía la música y mi alma baílaba a tu ritmo!
    Creo que es uno de los tres relatos que más me han gustado.
    Fanny Prices, eres grande.

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  49. Hombre sin abrigo dice:

    Me he divertido de lo lindo con este relato. Mucha suerte, Fanny Prices.

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  50. Sincolase dice:

    ¡Que bueno!

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